miércoles, 9 de septiembre de 2009

El Salvador 1 Costa Rica 0 09-09-09

En el futbol el juego en equipo es fundamental, y anotar goles también, no estoy descubriendo nada nuevo.

Hoy fue una noche en fecha especial, El Salvador jugó con fé para ganar. No sólo fé, desplegó calidad para satisfacer a toda una afición.

Temprano Castillo asombraba con una chilena desde fuera del área grande a la que Porras; guardameta tico; apenas logró desviar.

El joven medio campo salvadoreño Álvarez, Quintanilla, Castillo y Sánchez, se colaban como y cuando quisieron por una frágil línea defensiva de Costa Rica, alimentaban a un sacrificado Zelaya, que dicho sea de paso, luce la madurez que va alcanzando, acostumbrándose ya, a luchar contra todo.

Un gol, buscábamos, para quedar a mano, para devolver una alegría a toda la afición, luego de amargos resultados.

Y faltando 10 minutos para terminar, De Los Cobos se arriesgó, cambió a Castillo y Álvarez, sus laterales que jugando lesionados, dieron todo el pundonor por el equipo. Pacheco y Coreas, llegaron a aportar con mucho ánimo. La tercera sustitución fue para Umanzor, y entró Corrales, acompañando a Zelaya en el ataque.

Corría el minuto 89 y Corrales entraba al área y la mandaba afuera, otra mas afuera!

Y en el ultimo minuto, con Costa Rica queriendo ir al vestuario y celebrar su botín en el Cuscatlán, apareció la fé de la victoria.

Quintanilla cerca de la línea central retomó el balón, soportó la marca del volante que le perseguía, vio la salida en línea de la defensa costarricense y abrió hacia su derecha para que Rudis Corrales, sin dudarlo corriera y punteara el balón lejos muy lejos de Porras y completamente al fondo de la portería

Como en una corrida de toros, fue la estocada final, Costa Rica lamenta su tercera derrota consecutiva.

90 minutos finalizados: El Salvador 1 Costa Rica 0

Esta noche El Salvador ganó, por segunda vez en la hexagonal. Fue un premio al esfuerzo, al coraje que demostró, llegando prodigiosamente a la meta tica, y aunque falló clamorosamente frente a portería, bastó un solo gol para dar una tremenda alegría.

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